En Francia, la vendimia comenzó el 2 de agosto, diez días después que en España. Según sus propias informaciones, Jean-Marc Lafage, de Domaine Lafage, en el Rosellón, es el primer viticultor francés en traer uva este año. Cosechó Muscat à Petits Grains e informa de una gran sequía en sus viñedos. Las precipitaciones, de 200 mm, sólo representan un tercio de la media de la región. Por ello, Lafage prevé una pérdida de hasta el 60% de su cosecha.
Sin embargo, está muy satisfecho con la calidad de las uvas, especialmente en las parcelas con plantación permanente y viticultura regenerativa: "En estos lugares, en lugar de una pérdida del 60 por ciento de la cosecha, vemos una reducción del 25 al 30 por ciento, pero con uvas frescas y bayas más grandes de lo habitual." El mildiú velloso no ha sido un problema, dijo, a diferencia de otras partes de Francia como Gascuña o Burdeos, debido a las condiciones secas y al viento permanente.
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